Este es uno de esos libros imprescindibles para cualquier amante del mundo de los enteógenos. Llevaba mucho tiempo en mi biblioteca, llamándome, pero el hecho que estuviera en inglés y la complejidad del contenido, retrasaban la lectura una y otra vez, hasta que vi que habían sacado la edición en español… ¡Ahora sí que no tenía excusas!

Mi expectativa antes de leer el libro estaba muy alejada del contenido que encontraría.

Pensaba que se trataba de una obra muy centrada en la ayahuasca, pero va un pasito más allá, conectando la sabiduría e imágenes obtenidas a través de las plantas maestras con una teoría (con bases científicas) del ADN como origen de la vida y del conocimiento. 

El autor es Jeremy Narby es un antropólogo y autor canadiense. En sus libros, Narby examina el chamanismo, la biología molecular y el conocimiento de los chamanes sobre botánica y biología mediante el uso de enteógenos en muchas culturas 

 

El pueblo de estudio

Este estudio antropológico está centrado en las tribus amazónicas, más concretamente en el pueblo asháninca, uno de los tantos pueblos amazónicos que incluye la ayahuasca en su práctica espiritual.

De entre todas las personas que colaboran en este libro, Carlos Pérez Shuma es el informante principal, un tabaquero-ayahuasquero muy experimentado.

Esta tribu es reconocida por su sabiduría en el ámbito de la herbología. No sólo dominan el saber de las plantas en el ámbito medicinal, sino que también las usan para cazar o comunicarse con “el gran espíritu”.

Desde un punto de vista científico, sus conocimientos son muy avanzados, y hemos tardado años en descifrar. Un ejemplo  es el “curare”,  un veneno que usan en sus flechas para cazar que duerme a la víctima sin envenenar su carne.

Desde un punto de vista científico, el curare se explica mediante la interacción de neurotransmisores con receptores específicos. El curare es tan complejo y efectivo que, al descubrirlo, la ciencia moderna lo tomó prestado, dándole un uso anestésico en operaciones, entre otros muchos usos.

Otro ejemplo es la bebida ayahuasca, pues son necesarias dos plantas para que el efecto psicoactivo aparezca: una que contiene DMT y otra que contiene IMAOs (Inhibidores de la monoaminoxidasa). Estas dos plantas no crecen juntas, y su preparación es bastante compleja, por lo que pensar que se ha obtenido este conocimiento por casualidad, resulta inconcebible.

Pero los asháninca no son biólogos, ni se basan en el método científico. Tampoco han obtenido estos conocimientos fruto de la casualidad. Ellos afirman haber obtenido esta sabiduría directamente de las propias plantas: 

“Así habla la naturaleza, puesto que en la propia naturaleza existe Dios, y Dios nos habla en nuestras visiones. Cuando un ayahuasquero toma sus plantas, los espíritus se presentan y le explican todo”

Para un occidental esto resulta muy difícil de creer, y esta ha sido una de las barreras que siempre nos ha separado con los pueblos indígenas o primigenios, pues tendemos a situarnos en una escala intelectual más alta, cuando la ciencia ya ha demostrado que no.

Jeremy Narby con el pueblo Asháninca

 

Las visiones: “La ayahuasca es el televisor de la selva” 

Así inicia el libro, con esta frase que escucha Jeremy de un asháninca y que no pensaba que se trataba de una frase literal.

No sería hasta su primera toma de ayahuasca que entendería la literalidad de esta frase, pues esa toma le proporcionó imágenes tan vívidas y reales que se le manifestaban en el plano físico. Además, no se trataba de imágenes aleatorias, sino de una secuencia digna de una película, que, según el autor, su mente jamás podría haber llegado a imaginar.

Esta impactante experiencia, le hace profundizar en la ayahuasca (Que no era el objeto principal de su estudio).

Empieza a leer otras experiencias de otros antropólogos, a ver obras basadas en visiones de ayahuasca, y se da cuenta de un factor común y que él mismo experimentó: En casi todas las visiones aparecen serpientes.

 

La serpiente cómo foco de estudio

Tanto en su toma de ayahuasca cómo en experiencias relatadas de otros antropólogos, la serpiente es un elemento muy recurrente.

Jeremy empieza a estudiar las obras de Pablo Amaringo, pintor que basaba sus obras en las visiones obtenidas en las tomas de ayahuasca, viendo también que en todas sus obras aparece la serpiente.

Obra de Pablo Amaringo, de su libro “Ayahuasca Visions” Uno de los ayahuasqueros y artistas más relevantes cuya obra está repleta de estos reptiles.

 

Al indagar sobre esto con los asháninca, se da cuenta también que para ellos la serpiente es la creadora del universo.

Según la cosmovisión de muchos pueblos indígenas amazónicos, la serpiente Ronin es la Serpiente Cósmica, dueña del universo y creadora de las aguas.

No sólo la serpiente tiene ese significado para el pueblo amazónico. Numerosas culturas del mundo sitúan a la serpiente como un eje principal en sus creencias, ya sea cómo creadora del mundo, hacedora de la humanidad, divinidad, cómo símbolo de la dualidad, cómo portadora de sabiduría y conocimiento…

En este punto, no voy a profundizar más y, si os interesa este tema, os dejo dos entradas a nuestro blog dedicadas a estudiar la simbología de la serpiente:

Simbología de la serpiente parte I: https://sweed.es/la-simbologia-de-la-serpiente-parte-i/ 

Simbología de la serpiente parte II: https://sweed.es/simbologia-de-la-serpiente-parte-ii/

 

De hecho, como dato curioso, me sorprendió ver en el libro mucho de lo aquí expuesto, constatando que muchas personas llegamos a las mismas conclusiones en diferentes épocas y lugares distintos 😉

 

Las serpientes enrolladas

Entre la simbología de la serpiente (Muchas veces representada como un dragón), podemos ver una simbología muy concreta que se manifiesta en diferentes culturas: Dos serpientes enrolladas.

Es el actual símbolo de la medicina, una deidad Sumeria y también representa la energía vital en el hinduismo (Serpiente Kundalini), entre muchas otras.

 

 

Obsesionado con este pensamiento, Jeremy le preguntó a Carlos, el ayahuasquero:

  • ¿Por qué se ven serpientes cuando se toma ayahuasca?
  • La madre de la ayahuasca es una serpiente, ¿No ves que tienen la misma forma?

 

SERPIENTES – ADN

El estudio de Jeremy empezó a conectarse con la idea que, esas serpientes, las lianas enrolladas, las escaleras o cadenas que también aparecían en muchas visiones, representaban el ADN.

Mientras leía una experiencia con ayahuasca de Michael Harner (antropólogo y escritor de obras como “La senda del chamán”), una nota a pie de página llamó su atención.

La nota decía simplemente: Serpientes – ADN

Las visiones que Harner recibió de la ayahuasca, fueron de unos seres  “con cabezas de pájaros azules y cuerpos de seres humanos”. Comenzó a percibir que estas visiones “emanaban de criaturas reptilíneas gigantes que descansaban en lo más profundo de su cerebro”. 

Estas criaturas le mostraron la tierra antes de la vida, cómo habían llegado del cosmos huyendo de sus enemigos y que se habían refugiado en la Tierra, creando la vida.

“Me di cuenta que aquellas criaturas parecidas a dragones, residían en el interior de todos los seres vivos, incluyendo el hombre” .

Una nota a pie de página decía: “Visto en retrospectiva, se podría decir que aquellas criaturas eran algo así como el ADN”

 

Las obras de Amaringo

Jeremy recordó que en las obras de Amaringo que había estudiado había muchas representaciones de serpientes, lianas enrolladas, hélices, escaleras… Mucho simbolismo que podría ser una representación del ADN.

Así que, mostró estas imágenes a un amigo experto en biología molecular. 

Este experto halló en las obras de Amaringo numerosas imágenes idénticas a estructuras moleculares, cómo colágeno, células, cromosomas en fases específicas, dobles y triples hélices…. 

De alguna manera la ayahuasca había mostrado a Amaringo imágenes que, en teoría, solamente podríamos conocer si estudiamos biología molecular.

Aquí, me permito insertar algo muy personal que no se muestra en el libro.

 Al leer estas líneas, no pude sino recordar el artículo que se publicó en nuestro blog sobre una experiencia con Salvia Divinorum por “Ese”:

Pasaron unas semanas, y mientras hacía otro viaje psiconáutico tuve una especie de revelación: ¡Eran mis ancestros! Esos seres a los que no reconocía eran mis ancestros, y la cadena que veía… ¿era la cadena de ADN? ¡Claro, todo tenía sentido! Ellos estaban en mi. ¿Había estado viendo el mundo “desde dentro”, desde mi interior hacia afuera? ¿Había sido capaz de visualizar millones de caminos e interconexiones en la materia que nos forma? Era como si pudiera mirar la piel de mi brazo, hacer un zoom y ver las capas, sus proteínas, los átomos que nos forman, que se yo, es tan difícil de plasmar… Era difícil de interpretar pero al mismo tiempo, todo transcurría de una forma en la que me sentía involucrado, en la que estaba apoyado por semejantes que me respetaban y amaban. Era, sin saber qué o quién era.

 

¿Somos terrestres o el ADN se originó fuera de nuestro planeta?

En la visión de Harner que he citado anteriormente, podríamos definir que el ser humano está formado o creado por seres de otro planeta.

Para los pueblos originarios del Amazonas, el principio vital llegó a nuestro planeta gracias a una serpiente cósmica.

Hay numerosas teorías que afirman que numerosas civilizaciones antiguas fueron erigidas por seres de otros planetas.

Hasta aquí, todo teorías o visiones sin base científica, pero, aquí viene algo que no dejó indiferente al autor.

Mientras Jeremy profundizaba en la idea que el ADN podría tener una cierta autonomía y ser el que produce las visiones que recibimos en la toma de plantas sagradas a través de la vibración, se topó con los estudios de  Francis Crick, el codescubridor de la estructura del ADN y ganador de un premio Nobel por ello.

Francis Crick  sostenía que la molécula de la vida era de origen extraterrestre y que no seríamos más que el producto de una panspermia dirigida, tal como los pueblos animistas afirmaban.

Obviamente, nada de esto es a día de hoy demostrable, pero si te abre a la posibilidad de albergar esta idea y, darte cuenta que quizás le hemos dado muy poca importancia al ADN desde un punto de vista existencialista.

Aún hay muchas cosas que desconocemos del ADN y se trata de un gran misterio, pero hay cosas que a día de hoy se conocen y que han llamado muchísimo mi atención: 

  • El ADN está presente tanto en el cerebro humano como en el mundo exterior, en cualquier ser vivo.
  • Es una fuente de sabiduría, ya que contiene cifrada toda la información genética de cualquier ser vivo.
  • El ADN se presenta en forma de doble hélice, lo que nos lleva a pensar en toda la simbología de la dualidad.
  • El ADN se describe como una escalera que es también el símbolo de conocimiento chamánico.
  • Un ser humano contiene más o menos unos doscientos mil millones de kilómetros de ADN, lo que corresponde a 70 idas y vueltas entre Saturno y el Sol
  • Todas las células del cualquier ser vivo contiene ADN y están llenas de agua salada y minerales parecida a la de los océanos primitivos (El ADN se baña en agua, que es lo que le confiere su forma de escalera trenzada) 
  • Tiene un mecanismo de duplicación sin el cuál una célula no podría desdoblarse y la vida no existiría.
  • El ADN es la molécula que contiene la información que origina la vida y su esencia misma consiste en ser, a la vez, simple y doble.

Conclusión personal

Antes de leer este libro ya había reflexionado mucho sobre la simbología de la serpiente, ya que siempre me había llamado su atención en diferentes culturas ancestrales.

Creo que es en la Biblia cuando cambia su papel de deidad o dadora de conocimiento para tener unos atributos más negativos, relacionándola con la tentación y el castigo de la humanidad.

De hecho, se la reconoce como un ser con patas, puesto que su castigo es arrastrarse, y condena a la humanidad por enseñar a los humanos a obtener el conocimiento de los dioses. 

¿Sería esta serpiente un ser de otro planeta que conocía los secretos de la vida?

Quizás sobre el ADN no había profundizado tanto, aunque alguna revelación había tenido pero, muchas preguntas se han generado tras leer este libro:

  • Cuando hablamos de espíritus, ¿Hablamos de ADN?
  • Cuando obtenemos visiones, ¿es el ADN de la planta quien le habla a nuestro ADN?
  • Cuando tomamos plantas ancestrales, ¿no estamos haciendo más que acceder a esa información o descodificarla?
  • Si aceptamos la teoría que el ADN es extraterrestre y somos fruto de una panspermia dirigida, ¿Quiénes son nuestros creadores? ¿Quién creó a quién nos creó?

Pero, sin duda, la conclusión a la que llego es a que una mente occidental, jamás podrá entender cómo lo hace una idnígena.

Obviamente aquí estoy generalizando, no hablo en primera persona ni pienso que todos los indígenas piensen igual, hablo de un modo generalizado.

Creo que nuestra contaminación y adoctrinamiento es tal, que hemos perdido la esencia de la fe.

Para nosotros, estas preguntas son un abismo e incluso pueden sonar ridículas, pero para ellos tienen una respuesta indudable e innegable.

Para nosotros son mitos, para ellos, eventos reales.

Gania

 

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